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jueves, 30 de junio de 2016


Posible milagro en Illinois

Icono San Juan Bautista (ft img)
Un icono de San Juan Bautista, que forma parte del iconostasio de la Iglesia Ortodoxa Griega de la Asunción, en Homer Glen, de Illinois, estaría supurando , milagrosamente, un aceite con fragancia, curativo.
Sotirious “Sam” Dimitriou, el pastor de la iglesia, dijo a la CBS de Chicago que entiende el fenómeno como “una bendición de Dios. Hay una fragancia dulce, que viene de este aceite “.
Icono San Juan Bautista con aceiteEl aceite fue notado, por primera vez hace casi un año, en julio de 2015, por dos feligreses y un monaguillo. La pequeña congregación (lo que equivale a apenas 200 familias de la zona) decidió que sería mejor mantenerlo en secreto. Pero desde que un informe de  las noticias locales decidió difundir el hecho, entonces, la Iglesia se inundó de visitantes y peregrinos, algunos de ellos procedentes de Grecia.
Las autoridades de la Iglesia recogen el aceite con algodones, colocados en la parte inferior del icono, que es lo que luego se entrega a los peregrinos. Ellos estiman que han dado alrededor de 5.000 algodones hasta ahora.
“Lo primero que salió de mi boca fue: «¿Qué hago?»”, dijo Dimitriou. “Uno no espera nada como esto. Es impresionante. Es tan potente como ver un acto de Dios ante tus ojos “.
Ya se trate de un acto de Dios o de una reacción química, nadie lo sabe realmente. Pero el hecho es que a pocos le importa eso en la comunidad ortodoxa griega: “Una explicación racional es irrelevante si lo que parece ser un evento sobrenatural atrae a la gente hacia Dios”, dice el pastor. “Nosotros no hacemos, necesariamente, declaraciones oficiales sobre todo esto”, dijo el obispo Demetrios, obispo auxiliar de Mokissos, de la Metrópolis Ortodoxa Griega de Chicago. “Dejamos que los fieles creen que si lo desean … Si te acerca a Dios, que es maravilloso. Si no lo hace, no lo hace “.

miércoles, 29 de junio de 2016

lunes, 27 de junio de 2016

Joven con muerte cerebral despierta tras jornada de oración

Joven con muerte cerebral despierta
BRASIL.- Un joven con muerte cerebral, despertó a la vida después que familiares y personas de varias iglesias, se unieran en oración por su recuperación.

El caso de Renato Gabry es un milagro de Dios. Sufrió un grave accidente de moto, que le causó una lesión cerebral traumática. Los médicos habían comunicado a los familiares, que ya no había nada que hacer y que la muerte del muchacho era cuestión de días.

En esas circunstancias, la madre de Renato se aferró a la fe en Jesucristo, con la convicción de que su hijo se recuperaría. Se comunicó con los amigos, familiares y hermanos de la iglesia para pedirles que intercedieran por el joven.

Una amiga de la familia tomó la iniciativa de organizar una vigilia de oración. Convocó a lasiglesias de diferentes denominaciones de la ciudad de Itaperuna (RJ), y unidos clamaron por un milagro de Dios.

"Los médicos dijeron que yo era un enfermo terminal, así que, después de permanecer 15 días en UCI, permitieron que cualquier persona me pueda visitar, para que se despidiera de mi", contó Renato.

"Mientras intercedían por mí, una mujer entró a la habitación para orar, dicen los presentes que hubo una especie de "fuego" alrededor de mi cama. Ella oró fervientemente por mí y ese mismo día yo desperté", dijo el joven.

“Los médicos se quedaron asombrados, enseguida me hicieron exámenes y vieron que misparámetros habían cambiado de repente, la medición de mis plaquetas mejoraron al instante. Mis órganos recuperaron su tamaño y aspecto normal. Mi lesión cerebral, para sorpresa, desapareció", dijo el muchacho, quien es ministro de alabanza.

Cuando el joven despertó, no recordó nada, pero poco a poco comenzó a recordar quien era. Cuando recordó que era un cristiano, comenzó a orar, agradeciendo a Dios por el milagro que había hecho en su vida. AcontecerCristiano.Net

sábado, 25 de junio de 2016

Mensaje del 2 de junio de 2016

Queridos hijos, como Madre de la Iglesia, como vuestra Madre, sonrío mientras os veo venir a mí, cómo os reunís en torno a mí y cómo me buscáis. Mis venidas entre vosotros son prueba de cuánto el Cielo os ama. Ellas os muestran el camino hacia la vida eterna, hacia la salvación. Apóstoles míos, vosotros que os esforzáis en tener un corazón puro y a mi Hijo en él, estáis en el buen camino. Vosotros que buscáis a mi Hijo, buscáis el buen camino. Él dejó muchos signos de Su amor. Él dejó esperanza. Es fácil encontrarlo si estáis dispuestos al sacrificio y la penitencia, si tenéis paciencia, misericordia y amor por vuestro prójimo. Muchos de mis hijos no ven y no escuchan porque no quieren. No aceptan mis palabras ni mis obras, pero mi Hijo, a través de mí, os invita a todos. Su Espíritu ilumina a todos mis hijos en la luz del Padre Celestial, en la comunión del Cielo y la tierra, en el amor recíproco. Porque el amor llama al amor y hace que las obras sean más importantes que las palabras. Por tanto, apóstoles míos, orad por vuestra Iglesia, amadla y haced obras de amor. Por cuanto haya sido traicionada y herida, ella está aquí, porque proviene del Padre Celestial. ¡Orad por vuestros pastores!, para que podáis ver en ellos la grandeza del amor de mi Hijo. ¡Os doy las gracias! 

jueves, 23 de junio de 2016

papa
La suerte de muchos animales puede cambiar muy pronto luego de conocerse la nueva orden dada por el Papa Francisco. Por medio de un correo electrónico el pontífice solicitó a todas las parroquias del mundo hizo que dejen entrar perros y “gaticos que sepan comportarse” a misa. La misiva del sumo pontífice ratifica el derecho a los animales a hacer parte de dicho sacramento.
“Hermanos y Hermanas, es para mi de todo interés y de suma importancia el hacerles saber que desde ahora nuestras amadas mascotas podrán compartir el tiempo con el señor ya que según conversaciones con el Espíritu Santo (que como sabéis es una paloma) ha decidido que nuestros amigos de cuatro patas entren al templo de señor para recibir a Jesús en sus corazones”.
Luego añade, “Eso si, debeis exigir que lleven bolsas para los excrementos” La medida, como era apenas previsible, ha causado revuelo y algo de indignación entre el ala más tradicionalista de la iglesia que ven en ella una señal inequívoca de su decaimiento. Incluso algunos se han atrevido a plantear la novedad en términos del supuesto cumplimiento de una profecía. “Bien lo dice en el Apocalipsis, ‘Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada’,  es claro que esto hace referencia a el ingreso de esas bestias al santo recinto”, afirmó Alejandro Maranta, del capítulo Bogotá-Tolima-Santanderes de Tradición Familia y Propiedad.
Más curiosa fue la reacción de Plinio García, de “Lenguaje y valores”, ONG Española con sede en el barrio La Castellana. Para él, el problema pasa por la pérdida de legitimidad de un lugar común del idioma. “Hay que ver esto con cuidado. No podemos de buenas a primeras cambiar de forma radical el sentido de una frase que es un lugar de encuentro de generaciones, un referente de la sabiduría popular. Así comienza la degeneración moral de una sociedad”, advirtió.
 

martes, 21 de junio de 2016


Revelaciones a Sor Faustina Kowalska

Sor Faustina Kowalska (ft img)
+ ¡Oh tesoro inagotable de la pureza de la intención que haces perfectas y tan agradables a Dios todas nuestras acciones! Oh Jesús, Tú sabes que débil soy, por eso quédate siempre conmigo, guía mis acciones, todo mi ser.  Tú, mi mejor Maestro.  De verdad, oh Jesús, me invade el miedo cuando veo mi miseria, pero a la vez me tranquilizo viendo Tu misericordia insondable que es más grande que mi miseria desde toda una eternidad.  Y esta disposición de ánimo me reviste de Tu poder.  Oh gozo que se deriva del conocimiento de mí misma. Oh verdad inmutable.  Eterna es Tu firmeza.
+ Cuando me enviaron para un tratamiento a la casa de Plock, tuve la suerte de adornar con flores la capilla… La Hermana Tecla no siempre tenía tiempo, pues a menudo yo sola adornaba la capilla.  Un día recogí las más bellas rosas para adornar la habitación de cierta persona.  Al acercarme al pórtico, vi al Señor Jesús que estaba de pie en ese pórtico y me preguntó amablemente: Hija Mía, ¿a quién llevas estas flores?  Mi silencio fue la respuesta al Señor, porque en aquel momento me di cuenta de que tenía un sutil apego a esa persona de lo que antes no me daba cuenta.  Jesús desapareció en seguida.  En el mismo instante tiré las flores al suelo y fui delante del Santísimo Sacramento con el corazón lleno de agradecimiento por la gracia de haberme conocido a mi misma.
+ Oh Sol Divino, en Tus rayos el alma ve aún los más pequeños granitos de polvo que no Te agradan.
Sor Faustina Kowalska 2Oh mi Jesús, a pesar de la noche oscura en torno mí y de las nubes sombrías que me cubren el horizonte, se que el sol no se apaga.  Oh Señor, aunque no Te puedo comprender ni entiendo Tu actuación, confío, sin embargo, en Tu misericordia.  Si es Tu voluntad, Señor, que yo viva siempre en tal oscuridad, seas bendito.  Te pido una sola cosa, no dejes que Te ofenda de ningún modo.  Oh Jesús mío, sólo Tú conoces las añoranzas y los sufrimientos de mi corazón.  Me alegro de poder sufrir aunque sea un poco por Ti.  Cuando siento que el sufrimiento supera mis fuerzas, entonces me refugio en el Señor en el Santísimo Sacramento y un profundo silencio es mi oración al Señor.
+ Jesús mío, guía mi mente, toma posesión absoluta de todo mi ser, enciérrame en el fondo de Tu Corazón y protégeme del asalto del enemigo.  En Ti toda mi esperanza.  Habla a través de mi boca cuando yo, miseria absoluta, esté con los poderosos y los sabios para que reconozcan que esta causa es Tuya y de Ti proviene.
+ Oh María, Madre y Señora mía.  Te ofrezco mi alma y mi cuerpo, mi vida y mi muerte y todo lo que vendrá después de ella.  Pongo todo en tus manos, oh mi Madre.  Cubre mi alma con tu manto virginal y concédeme la gracia de la pureza de corazón, alma y cuerpo.  Con tu poder defiéndeme de todo enemigo, especialmente de aquellos que esconden su malicia bajo una máscara de virtud.  Oh Espléndida Azucena, Tú eres mi espejo, oh mi Madre.
+ Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.
+ La humillación es [mi] alimento cotidiano.  Comprendo que la esposa acepta todo lo que atañe a su Esposo, por eso la vestimenta del desprecio que lo ha cubierto a Él debe cubrirme a mí también.  En los momentos en que sufro mucho, trato de callarme, porque desconfío de la lengua que en esos momentos es propensa a hablar de sí misma, en lugar de servirme para alabar a Dios por todos los beneficios y dones que me han sido proporcionados.  Cuando recibo a Jesús en la Santa Comunión, le ruego con fervor que se digne sanar mi lengua para que no ofrenda con ella ni a Dios ni al prójimo.  Deseo que mi lengua alabe a Dios sin cesar.  Grandes culpas se cometen con la lengua.  Un alma no llegará a la santidad si no tiene cuidado con su lengua.
+ … a veces el confesor da poca importancia a las cosas pequeñas.  En la vida espiritual no hay nada pequeño.  A veces, una cosa aparentemente pequeña descubre algo de gran importancia, y para el confesor es un haz de luz para conocer al alma.  Muchos matices espirituales se esconden en cosas pequeñas.
+ No se levantará jamás un magnífico edificio si tiramos los ladrillos pequeños.  De ciertas almas Dios exige una gran pureza, pues les envía un conocimiento más profundo de la miseria.  Iluminadas con la luz [que viene] de lo alto, conocen mejor lo que agrada a Dios y lo que no le agrada.  El pecado es según el conocimiento y la luz del alma, lo mismo también las imperfecciones, aunque ella sabe que lo que se refiere estrictamente al sacramento es el pecado.  Pero estas pequeñas cosas tienen una gran importancia en la aspiración hacia la santidad y el confesor no las puede menospreciar.  La paciencia y la benevolencia del confesor abren el camino a los más profundos secretos del alma.  El alma casi inconscientemente revela la profundidad abismal y se siente más fuerte y más resistente, ahora lucha con más valor, hace más esfuerzos, porque sabe que debe rendir cuenta de ello.
+ Y deseo nuevamente decir tres palabras al alma que desea decididamente tender hacia la santidad y obtener frutos, es decir, provechos de la confesión.
La primera, total sinceridad y apertura.  El más santo y más sabio confesor no puede infundir por la fuerza en el alma lo que él desea si el alma no es sincera y abierta.  El alma insincera, cerrada, se expone a un gran peligro en la vida espiritual y el Señor Jesús Mismo no se ofrece a tal alma de modo superior, porque sabe que ella no sacaría ningún provecho de estas gracias particulares.
La segunda palabra, la humildad.  El alma no saca el debido provecho del sacramento de la confesión si no es humilde.  La soberbia mantiene al alma en la oscuridad.  Ella no sabe y no quiere penetrar exactamente en lo profundo de su miseria, se enmascara y evita todo lo que la debería sanar
La tercera palabra es la obediencia.  El alma desobediente no conseguirá ninguna victoria, aunque el Señor Jesús Mismo la confiese directamente.  El más experto confesor no ayudará nada a tal alma.  El alma desobediente se expone a gran peligro y no progresará nada en la perfección y no se defenderá en la vida espiritual.  Dios colma generosamente con gracias al alma, pero al alma obediente.
Sor Faustina y Jesús (ft img)+ La lengua es un órgano pequeño, pero hace cosas grandes.  Una religiosa que no es callada, nunca llegará a la santidad, es decir no será santa.  No se haga ilusiones; a no ser que el Espíritu de Dios hable por ella, en tal caso no debe callar.  Pero para poder oír la voz de Dios, hay que tener la serenidad en el alma y observar el silencio, no un silencio triste, sino un silencio en el alma, es decir al recogimiento en Dios.  Se pueden decir muchas cosas sin interrumpir el silencio  y, al contrario, se puede hablar poco y romper continuamente el silencio.  Oh, que daños irreparables causa no guardar (56) el silencio.  Se hace muchos daños al prójimo, pero sobre todo a su propia alma.
+ Según mi opinión y mi experiencia, la regla del silencio debería estar en el primer lugar.  Dios no se da a un alma parlanchina, que como un zángano en la colmena zumba mucho, pero no produce miel.  El alma hablantina está vacía en su interior.  No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad con Dios.  Ni hablar de una vida más profunda, ni de una paz dulce, ni del silencio en el que mora Dios.  El alma sin gustar la dulzura del silencio interior, es un espíritu inquieto y perturba este silencio en los demás.  Vi a muchas almas en los abismos infernales por no haber observado el silencio.  Ellas mismas me lo dijeron cuando les pregunté cuál había sido la causa de su ruina.  Eran almas consagradas.  Oh Dios mío, qué dolor al pensar que podrían estar no solamente en el paraíso, sino hasta ser santas.  Oh Jesús, Misericordia, tiemblo al pensar que debo rendir cuenta de la lengua, en la lengua está la vida, pero también la muerte, a veces con la lengua matamos, cometemos un verdadero asesinato ¿Y podemos considerar esto como una cosa pequeña?  De verdad, no entiendo estas conciencias.  Conocí a una persona que, al enterarse por otra de cierta cosa que se decía de ella… se enfermó gravemente, perdió allí mucha sangre y muchas lágrimas y luego vino una triste consecuencia, no causada por la espada sino por la lengua.  Oh mi Jesús silencioso, ten misericordia de nosotros.
+ Un alma noble y delicada puede ser también la más sencilla, pero de sentimientos delicados; tal alma en todo ve a Dios, lo encuentra en todas partes, sabe encontrar a Dios incluso en las cosas más insignificantes.  Para ella todo tiene algún significado, aprecia mucho todo, agradece a Dios por cada cosa, de cada cosa saca provecho para el alma y dirige a Dios toda alabanza.  Confía en Él y no se impresiona cuando llega el momento de la prueba.  Sabe que Dios siempre es el mejor Padre y da poca importancia a las consideraciones humanas.  Sigue fielmente el más pequeño soplo del Espíritu Santo, goza por este Huésped espiritual y se agarra a Él como un niño a la madre.  Allí otras almas se detienen y asustan.  Ella sigue adelante sin temor y sin dificultad.
+ Oh, qué equivocas son las apariencias y los juicios injustos.  Oh, cuántas veces la virtud sufre la opresión sólo porque es silenciosa.  Convivir sinceramente con quienes molestan continuamente, eso requiere un gran espíritu de sacrificio.  Uno siente que sangra, pero las heridas no se ven.  Oh Jesús, cuántas cosas nos revelará solamente el último día.  ¡Que alegría!  De nuestros esfuerzos no se pierde nada.
+ No juzgar nunca a nadie, para los demás tener el ojo indulgente y para mi severo.  Relacionar todo a Dios y en mis propios ojos sentirme lo que soy, es decir la más grande miseria y la nulidad.  En los sufrimientos estar paciente y tranquila, sabiendo que con el tiempo todo pasará.
+ Esconderé a los ojos de la gente cualquier cosa buena que haga, para que sólo Dios sea mi recompensa; y como una pequeña violeta escondida entre la hierba no hiere el pie de la persona que la pisa, sino que emana perfume, [y] olvidándose completamente de sí misma, trata de ser gentil con la persona por la que fue pisada.  Aunque para la naturaleza esto es muy difícil, la gracia de Dios viene en ayuda.
+ Jesús ama a las almas escondidas.  Una flor escondida es la que más perfume tiene dentro de sí.  Buscar un retiro para el Corazón de Jesús en mi propio interior.  En los momentos difíciles y dolorosos Te entono, oh Creador, un himno de la confianza, porque el abismo de mi confianza hacia Ti, hacia Tu misericordia, es inconmensurable.
+ Siento muy bien que mi misión no terminara con mi muerte, sino que empezará.  Oh almas que dudan, les descorreré las cortinas del cielo para convencerlas de la bondad de Dios, para que ya no hirieran más el Dulcísimo Corazón de Jesús con desconfianza.  Dios es Amor y Misericordia.
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martes, 14 de junio de 2016



Enfrentar la enfermedad

Enfrentar la enfermedad
Conocemos mucha gente que sufre enfermedades a nuestro alrededor, y casi todos hemos enfrentado en un punto de la vida un momento de preocupación por la salud física. ¿Cómo reaccionamos cuando llegan estas épocas de prueba?
Dios en su infinito amor quiere nuestro bien, y en ese plan permite que nos acose la enfermedad. ¿Por qué?
VidasEl Señor sabe muy bien que cuando nos regala prosperidad, gracias y progreso personal y familiar, solemos alejarnos de El. En esos momentos nos llenamos de soberbia y vanidad, creemos que el mérito de lo obtenido es nuestro y no de Dios. No agradecemos, no nos volvemos a El. En resumen: no aprovechamos la oportunidad para cimentar un camino de conversión basado en el agradecimiento y reconocimiento de que fue Dios el artífice de lo logrado. ¡Pero qué ciegos somos!. Nada bueno en este mundo proviene de alguien que no sea el propio Dios. Nuestras virtudes, nuestras aptitudes, lo aprendido, los bienes recibidos, todo proviene de Dios. Y si usamos para el bien esas habilidades naturales o adquiridas, si se transforman en buenas obras: también esas obras provienen de Dios, porque son el resultado de dones recibidos conjugados con el amor por los demás. ¡Reconozcamos de este modo que Jesús está vivo y actúa entre nosotros a través de todo lo bueno que acontece en nuestro día!.
En cambio, cuando Dios permite que la enfermedad u otras tribulaciones se ciernan sobre nuestra vida, pone grandes esperanzas en que eso sirva para nuestra conversión. Y la verdad es que es mucho más frecuente encontrar conversiones profundas originadas en la enfermedad, que en la prosperidad. Es que el reconocerse enfermo obliga a darse cuenta que no somos nada, es un camino a la humildad. Y de este modo, por el sendero de la pequeñez, se nos abre el corazón para poder pedir ayuda al Señor. También es cierto que la enfermedad suele provocar el efecto contrario: que la persona se enoje con Dios, y se aleje aún más de lo que estaba. Pero este es un riesgo que Dios toma, porque siempre es nuestra la opción, nuestro el libre albedrío. El pone las llamadas y los signos en nuestra vida, somos nosotros los que debemos reconocerlos y torcer el rumbo de nuestro destino.
CruzDe este modo, quienes sufren enfermedad tienen en el sufrimiento un camino de purificar no sólo las propias faltas, sino las de muchas otras almas también. Son Cruces que, si se llevan con entrega al Señor y no con enojo hacia El, son tomadas por Dios como un regalo que agrada a Su Corazón amante. El Beato Don Orione solía rezar de este modo: “Señor, envíame más Cruces, quiero sufrir más en expiación de la poca disposición de los hombres a llevar Tu Cruz”.En realidad todos los grandes santos tuvieron esta actitud de entrega al sufrimiento, a las tribulaciones que Dios permitía en sus vidas.
El entendimiento humano sobre lo que es bueno o malo para nuestra vida es bien distinto del pensamiento de Dios: El sabe perfectamente qué es bueno para nosotros. Entreguemos, entonces, mansamente nuestra voluntad a la Divina Providencia. Quien encuentra en la enfermedad una vía de llegar a la salvación del alma, no podrá negar luego que Dios le ha hecho un gran bien, cuando se encuentre con El en el Reino. Viviendo aún en este mundo, en esta vida, ¿cómo podemos tratar de entender lo que es bueno o malo para nosotros?.
Veamos en la enfermedad propia o en la de quienes amamos un llamado a la conversión o a la profundización de la conversión. ¡O lisa y llanamente un llamado a la santidad!.
Oremos así:
“Señor, me entrego a Tu Voluntad. Tú sabes lo que es mejor para mi, yo no entiendo, ni pretendo entender. Sé que mi enfermedad es para mi bien, porque sana mi alma, y quizás, sólo quizás, tu querrás sanar mi cuerpo también. Pero eso lo dejo en Ti, Señor, con humildad y entrega. Y te agradezco también todo lo que haces por mi, para que finalmente mi corazón se empequeñezca y se abra, y deje paso a que sea Tu Divina Voluntad la que haga mi día”.

lunes, 13 de junio de 2016


Vida de San Antonio de Padua

San Antonio de Padua 2 (ft img)
San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias. Así lo conocemos todos: San Antonio de Padua
León XIII lo llamó “el santo de todo el mundo”, porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes.
Llamado “Doctor Evangélico“. Escribió sermones para todas las fiestas del año.
“El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”
—San Antonio
“Era poderoso en obras y en palabras. Su cuerpo habitaba esta tierra pero su alma vivía en el cielo” —Un biógrafo de ese tiempo.
Patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a. Es verdaderamente extraordinaria su intercesión.
San Antonio de Padua 3Vino al mundo en el año 1195 y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores, por la devoción al gran patriarca de los monjes y patrones titulares de la capilla en que recibió el hábito franciscano. Sus padres, jóvenes miembros de la nobleza de Portugal, dejaron que los clérigos de la Catedral de Lisboa se encargaran de impartir los primeros conocimientos al niño, pero cuando éste llegó a la edad de quince años, fue puesto al cuidado de los canónigos regulares de San Agustín, que tenían su casa cerca de la ciudad. Dos años después, obtuvo permiso para ser trasladado al priorato de Coimbra, por entonces capital de Portugal, a fin de evitar las distracciones que le causaban las constantes visitas de sus amistades.
No le faltaron las pruebas. En la juventud fue atacado duramente por las pasiones sensuales. Pero no se dejó vencer y con la ayuda de Dios las dominó. El se fortalecía visitando al Stmo. Sacramento. Además desde niño se había consagrado a la Stma. Virgen y a Ella encomendaba su pureza.
Una vez en Coimbra, se dedicó por entero a la plegaria y el estudio; gracias a su extraordinaria memoria retentiva, llegó a adquirir, en poco tiempo, los más amplios conocimientos sobre la Biblia. En el año de 1220, el rey Don Pedro de Portugal regresó de una expedición a Marruecos y trajo consigo las reliquias de los santos frailes-franciscanos que, poco tiempo antes habían obtenido allá un glorioso martirio. Fernando que por entonces había pasado ocho años en Coimbra, se sintió profundamente conmovido a la vista de aquellas reliquias y nació en lo íntimo de su corazón el anhelo de dar la vida por Cristo.
Poco después, algunos frailes franciscanos llegaron a hospedarse en el convento de la Santa Cruz, donde estaba Fernando; éste les abrió su corazón y fue tan empeñosa su insistencia, que a principio de 1221, se le admitió en la orden. Casi inmediatamente después, se le autorizó para embarcar hacia Marruecos a fin de predicar el Evangelio a los moros. Pero no bien llegó a aquellas tierras donde pensaba conquistar la gloria, cuando fue atacado por una grave enfermedad (hidropesía),que le dejó postrado e incapacitado durante varios meses y, a fin de cuentas, fue necesario devolverlo a Europa. La nave en que se embarcó, empujada por fuertes vientos, se desvió y fue a parar en Messina, la capital de Sicilia. Con grandes penalidades, viajó desde la isla a la ciudad de Asís donde, según le habían informado sus hermanos en Sicilia, iba a llevarse a cabo un capítulo general.
Aquella fue la gran asamblea de 1221, el último de los capítulos que admitió la participación de todos los miembros de la orden; estuvo presidido por el hermano Elías como vicario general y San Francisco, sentado a sus pies, estaba presente. Indudablemente que aquella reunión impresionó hondamente al joven fraile portugués. Tras la clausura, los hermanos regresaron a los puestos que se les habían señalado, y Antonio fue a hacerse cargo de la solitaria ermita de San Paolo, cerca de Forli. Hasta ahora se discute el punto de si, por aquel entonces, Antonio era o no sacerdote; pero lo cierto es que nadie ha puesto en tela de juicio los extraordinarios dones intelectuales y espirituales del joven y enfermizo fraile que nunca hablaba de sí mismo. Cuando no se le veía entregado a la oración en la capilla o en la cueva donde vivía, estaba al servicio de los otros frailes, ocupado sobre todo en la limpieza de los platos y cacharros, después del almuerzo comunal.
Mas no estaban destinadas a permanecer ocultas las claras luces de su intelecto. Sucedió que al celebrarse una ordenación en Forli, los candidatos franciscanos y dominicos se reunieron en el convento de los Frailes Menores de aquella ciudad. Seguramente a causa de algún malentendido, ninguno de los dominicos había acudido ya preparado a pronunciar la acostumbrada alocución durante la ceremonia y, como ninguno de los franciscanos se sentía capaz de llenar la brecha, se ordenó a San Antonio, ahí presente, que fuese a hablar y que dijese lo que el Espíritu Santo le inspirara. El joven obedeció sin chistar y, desde que abrió la boca hasta que terminó su improvisado discurso, todos los presentes le escucharon como arrobados, embargados por la emoción y por el asombro, a causa de la elocuencia, el fervor y la sabiduría de que hizo gala el orador.
San Antonio de Padua 4 (Light)En cuanto el ministro provincial tuvo noticias sobre los talentos desplegados por el joven fraile portugués, lo mandó llamar a su solitaria ermita y lo envió a predicar a varias partes de la Romagna, una región que, por entonces, abarcaba toda la Lombardía. En un momento, Antonio pasó de la oscuridad a la luz de la fama y obtuvo, sobre todo, resonantes éxitos en la conversión de los herejes, que abundaban en el norte de Italia, y que, en muchos casos, eran hombres de cierta posición y educación, a los que se podía llegar con argumentos razonables y ejemplos tomados de las Sagradas Escrituras.
En una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: “Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”. A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.
A pesar de estar muy enfermo de hidropesía, San Antonio predicaba los 40 días de cuaresma. La gente presionaba para tocarlo y le arrancaban pedazos del hábito, hasta el punto que hacía falta designar un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.
Además de la misión de predicador, se le dio el cargo de lector en teología entre sus hermanos. Aquella fue la primera vez que un miembro de la Orden Franciscana cumplía con aquella función. En una carta que, por lo general, se considera como perteneciente a San Francisco, se confirma este nombramiento con las siguientes palabras: “Al muy amado hermano Antonio, el hermano Francisco le saluda en Jesucristo. Me complace en extremo que seas tú el que lea la sagrada teología a los frailes, siempre que esos estudios no afecten al santo espíritu de plegaria y devoción que está de acuerdo con nuestra regla”. Sin embargo, se advirtió cada vez con mayor claridad que, la verdadera misión del hermano Antonio estaba en el púlpito. Por cierto que poseía todas las cualidades del predicador: ciencia, elocuencia, un gran poder de persuasión, un ardiente celo por el bien de las almas y una voz sonora y bien timbrada que llegaba muy lejos.
Por otra parte, se afirmaba que estaba dotado con el poder de obrar milagros y, a pesar de que era de corta estatura y con cierta inclinación a la corpulencia, poseía una personalidad extraordinariamente atractiva, casi magnética. A veces, bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies; parecía que de su persona irradiaba la santidad. A donde quiera que iba, las gentes le seguían en tropel para escucharle, y con eso había para que los criminales empedernidos, los indiferentes y los herejes, pidiesen confesión. Las gentes cerraban sus tiendas, oficinas y talleres para asistir a sus sermones; muchas veces sucedió que algunas mujeres salieron antes del alba o permanecieron toda la noche en la iglesia, para conseguir un lugar cerca del púlpito. Con frecuencia, las iglesias eran insuficiente para contener a los enormes auditorios y, para que nadie dejara de oírle, a menudo predicaba en las plazas públicas y en los mercados.
Poco después de la muerte de San Francisco, el hermano Antonio fue llamado, probablemente con la intención de nombrarle ministro provincial de la Emilia o la Romagna. En relación con la actitud que asumió el santo en las disensiones que surgieron en el seno de la orden, los historiadores modernos no dan crédito a la leyenda de que fue Antonio quien encabezó el movimiento de oposición al hermano Elías y a cualquier desviación de la regla original; esos historiadores señalan que el propio puesto de lector en teología, creado para él, era ya una innovación. Más bien parece que, en aquella ocasión, el santo actuó como un enviado del capítulo general de 1226 ante el Papa, Gregorio IX, para exponerle las cuestiones que hubiesen surgido, a fin de que el Pontífice manifestara su decisión. En aquella oportunidad, Antonio obtuvo del Papa la autorización para dejar su puesto de lector y dedicarse exclusivamente a la predicación. El Pontífice tenía una elevada opinión sobre el hermano Antonio, a quien cierta vez llamó “el Arca de los Testamentos”, por los extraordinarios conocimientos que tenía de las Sagradas Escrituras.
Desde aquel momento, el lugar de residencia de San Antonio fue Padua, una ciudad donde anteriormente había trabajado, donde todos le amaban y veneraban y donde, en mayor grado que en cualquier otra parte, tuvo el privilegio de ver los abundantísimos frutos de su ministerio. Porque no solamente escuchaban sus sermones multitudes enormes, sino que éstos obtuvieron una muy amplia y general reforma de conducta. Las ancestrales disputas familiares se arreglaron definitivamente, los prisioneros quedaron en libertad y muchos de los que habían obtenido ganancias ilícitas las restituyeron, a veces en público, dejando títulos y dineros a los pies de San Antonio, para que éste los devolviera a sus legítimos dueños. Para beneficio de los pobres, denunció y combatió el muy ampliamente practicado vicio de la usura y luchó para que las autoridades aprobasen la ley que eximía de la pena de prisión a los deudores que se manifestasen dispuestos a desprenderse de sus posesiones para pagar a sus acreedores. Se dice que también se enfrentó abiertamente con el violento duque Eccelino para exigirle que dejase en libertad a ciertos ciudadanos de Verona que el duque había encarcelado. A pesar de que no consiguió realizar sus propósitos en favor de los presos, su actitud nos demuestra el respeto y la veneración de que gozaba, ya que se afirma que el duque le escuchó con paciencia y se le permitió partir, sin que nadie le molestara.
Después de predicar una serie de sermones durante la primavera de 1231, la salud de San Antonio comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero. Bien pronto se dio cuenta de que sus días estaban contados y entonces pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: “Veo venir a Nuestro Señor” y murió. Era el 13 de junio de 1231. La gente recorría las calles diciendo: “¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!.Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad. Durante sus funerales se produjeron extraordinarias demostraciones de la honda veneración que se le tenía. Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado.
San Antonio fue canonizado antes de que hubiese transcurrido un año de su muerte; en esa ocasión, el Papa Gregorio IX pronunció la antífona “O doctor optime” en su honor y, de esta manera, se anticipó en siete siglos a la fecha del año 1946, cuando el Papa Pío XII declaró a San Antonio “Doctor de la Iglesia”.
Se le llama el “Milagroso San Antonio” por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

Iconografía

Por regla general, a partir del siglo XVII, se ha representado a San Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio estaba de visita en la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos. En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras. En ocasiones se le representó con un lirio en las manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló ante el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real.
San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama “pan de San Antonio”; esta tradición comenzó a practicarse en 1890. No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la “Chronica XXIV Generalium” (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.
En Padua hay una magnífica basílica donde se veneran sus restos mortales.
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miércoles, 8 de junio de 2016


Duelo

duelo 2 (ft img)
Hermanos, no queremos que ignoren la suerte de aquellos que ya han muerto. Así no estarán tristes como lo están los que carecen de esperanza. Nosotros creemos que Jesús ha muerto y ha resucitado; pues, igualmente, Dios llevará consigo a quienes han muerto unidos a Jesús.
(1 Tes 4, 13)

San Jorge (ft img)
Andaré vestido y armado con las armas de San Jorge, para que mis enemigos, teniendo pies no me alcancen, teniendo manos no me atrapen, teniendo ojos no me vean, y ni con el pensamiento ellos puedan hacerme mal.
A San Jorge se le atribuyen muchas virtudes, entre ellas, Patrono de los enamorados, Protección ante ataques de armas blancas o de fuego, Protección ante el demonio, Patrón de los Scouts, Defensor de la Iglesia, Patrón de Georgia, Patrón de Catalunya, Patrón de Inglaterra. Se le invoca para bendecir una casa nueva y contra las arañas.
Su fiesta es el 23 de abril.

Su gran hazaña

De acuerdo a la leyenda contada por Jacobus de Voragine, la historia de San Jorge y el Dragón tomó lugar en Libia. Un pueblo de la localidad tenía un lago que era plagado por un dragón, y para calmar su ira el pueblo le daban ovejas y una virgen como sacrificio, todos los días. Las vírgenes eran escojidas por medio de una lotería, y el día en que la princesa fue elejida, el rey intentó comprar su libertad ofreciendo toda su plata y oro; pero el pueblo rechazó la oferta. San Jorge se enteró de lo sucedido, y decidió ir a caballo al lago. El miedo se quiso apoderar de él, pero hizo la señal de la Cruz, y se llenó de valor. Con la ayuda de la princesa, San Jorge logró ajustar la corona de ella alrededor del cuello del dragón, y lo obligó ir al pueblo, como si fuese un perro tirado por correa. San Jorge le dijo al pueblo que si ellos no se convertían al Cristianismo, dejaría suelto a la bestia. Por lo cual todos los habitantes accedieron para evitar tal calamidad, y se bautizaron. Nuestro heroe entonces sacó su espada, y dio fin a la existencia del dragón. Donde murió la bestia, el rey construyó una iglesia bendecida por la Virgen María y San Jorge. De las aguas de sus fuentes, se curaron todas las enfermedades.

Su historia

Según algunos autores nació hacia el año 280 en Siria, y según otros en Capadocia (Turquía). Sus padres, de acuerdo a la tradición, eran labradores y ricos; por lo que Jorge recibió una buena instrucción, además de una buena educación cristiana. En otras versiones de su historia, se dice que su padre era militar y que por ese motivo siguió sus pasos.
Jorge sirvió en el ejército romano, y logró ser nombrado capitán de la guardia del palacio que el emperador Diocleciano poseía en la ciudad de Nicomedia. A comienzos del siglo IV este mandatario adoptó ciertas medidas para eliminar del ejército de oriente todo lo referente al cristianismo, por lo que muchos soldados decidieron renunciar.
Se publicó en la ciudad de Nicomedia un edicto que ordenaba la demolición de las iglesias y la expulsión de todos los cristianos de las dignidades y cargos administrativos. Y así poco a poco se fueron haciendo cada vez más crueles represalias contra éstos, extendiéndose la persecución por toda Asia menor.
Indignado con esta tiranía, Jorge decidió defender públicamente su religiónRepartió sus bienes entre los pobres, y dio libertad a los pocos esclavos que a su servicio tenía. Defendió con una valentía poco vista la causa de los perseguidos ante el consejo de dignatarios y jefes militares convocado por Diocleciano, y afirmó a viva voz que su religión era única y verdadera, y que no se podía rendir culto a los ídolos.
Se presentó al emperador y declaró que era cristiano, éste sorprendido intentó convencerlo de adorar a los dioses, prometiéndole grandes distinciones y dignidades; y lo amenazó con durísimas penas si no realizaba ese mandato. Pero el capitán Jorge afirmó que él nunca dejaría de adorar a Cristo. Entonces el emperador le declaró la pena de muerte. A consecuencia Jorge sufrió el martirio: azotes, garfios de hierro que le arrancaban la carne, baños de cal viva, introducción en un tonel lleno de agudos clavos. éste sufrió todo sin emitir una sola queja, y contemplaba con admiración cómo se curaban milagrosamente sus heridas.
Luego el emperador pronunció la sentencia final. El Santo fue atado a un caballo y arrastrado así por las calles de la ciudad. Después fue decapitado. Su cuerpo se trasladó más tarde a Lydda, población de Tierra Santa, como, supuestamente, él había dispuesto.
San Jorge es o fue santo patrón y protector de diversos países, regiones y ciudades: la Corona de Aragón, Inglaterra, Portugal, Georgia, Lituania, Génova, Reggio di Calabria, Moscú, Cáceres, etc.
Es uno de los santos caballeros, protector durante la Edad Media de este estamento. En Rusia se empleó como principal emblema de sus ejércitos. En Inglaterra y Provenza se usaba su nombre como grito de guerra.
Varias órdenes militares portan su nombre o sus símbolos: la Orden de la Jarretera, la Orden Teutónica, la Orden de Calatrava, la Sacra Orden Constantiniana, la Orden de San Jorge de Alfama, entre otras.
También es patrono de diversas otras profesiones y actividades: agricultores, soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo, escultistas (Scout), montañeros, etc.
También es protector de los animales domésticos. Su nombre es invocado contra las serpientes venenosas, las enfermedades de la piel, el herpes, la peste, la lepra y la sífilis, y en los países eslavos contra el mal de ojo.
San Jorge mártir también es el patrón de Alcoy, ciudad situada en la Comunidad Valenciana destacándose como las fiestas de moros y cristianos más conocidas del mundo, declaradas de interés turístico internacional en 1980.

sábado, 4 de junio de 2016

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Consagración al Inmaculado Corazón de María

Oh María, Madre de Dios, os pido con humildad de corazón, que veas nuestro interior y nuestra angustia hoy.
Tus hijos, tus pequeñitos claman despacito, como verdaderos niños, que a través de Cristo, Tu Hijo Divino, a través del Buen Dios, Nuestro Padre Creador, y a través del Supremo artífice de verdad, el Espíritu Santo, quienes como verdadero consuelo, en todo momento, nos han regalado como Supremo obsequio vuestro Corazón Inmaculado, consagremos, por vuestra Divina intercesión, a Tu Preciosísimo Corazón Inmaculado, nuestro trabajo, nuestro hogar, nuestro corazón, nuestra querida y necesitada Argentina, que está hoy especialmente insidiada, y todo lo que el Buen Dios nos regaló, como manifestación de Su Amor, con ello todo lo dispuesto y creado por Dios, símbolo de total perfección.
Te pedimos tus hijitos, nos regales el don de la Fe, una esperanza sin par, verdadera humildad y la perfecta caridad, inspirada en el seno mismo de la Santísima Trinidad, para ser liberados definitivamente de la iniquidad, mediante el triunfo definitivo de tu Inmaculado Corazón, fuente de toda redención.
Te pedimos además que nos enseñes a amar, y a vivir en la verdad, para alcanzar la Patria Celestial.
Amén.

Consagración a la Virgen del Carmen

Virgen del Carmen, oh Madre mía, me consagro a Ti, y confío en tus manos mi existencia entera. Acepta mi pasado con todo lo que ha sido. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que será. Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de tu Hijo Sacratísimo y de tu Esposo Santísimo.
Te confío mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón. Pongo en tus manos mi libertad, mis ansias y mis temores, mis esperanzas y mis deseos, mis tristezas y mis alegrías. Cuida de mi vida y todas mis acciones para que sea más fiel al Señor Trino y Uno, y con tu ayuda alcance la salvación. Te confío, Oh gran Señora, mi cuerpo y mis sentidos, para que sean puros siempre y me ayuden en el ejercicio de las virtudes. Te confío mi alma, para Tú la preserves de las tentaciones del mundo, de la carne, y de Satanás. Hazme participar de una santidad similar a la tuya; vuélveme conforme a Jesucristo, ideal de mi vida. Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi devoción para que me ayudes a no envejecer en la Fe. Te confío mi capacidad y ganas de amar como has amado Tú, y como Jesús quiere que se ame. Te confío mis incertidumbres y mis angustias, para que en tu Corazón encuentre seguridad, sostén y luz en cada instante de mi vida.
Con esta consagración me empeño en seguir tu vida de humildad, mansedumbre, y pureza. Acepto las renuncias y los sacrificios que esta elección conlleva y te prometo con la gracia de Dios y con tu ayuda ser fiel al empeño tomado. Oh, Madre de todos los hombres, Soberana de mi vida y de mi conducta, dispón de mí y de todo lo que pertenece para que camine siempre en el Evangelio bajo tu guía, oh Estrella del Mar. Oh Reina del Cielo y de la Tierra, Madre Santísima del Redentor, soy todo (a) tuyo (a), oh Virgen del Carmen, y a Ti quiero unirme ahora y siempre para adorar a Jesucristo, junto a los Angeles y a los Santos, ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.

Oración a la Reina del Cielo

(Imprimatur concedido por el Papa San Pío X el 8 de junio de 1908)
Reina del CieloAugusta Reina de los Cielos y Señora de los Angeles, a Ti que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, pedimos humildemente que envíes legiones celestiales para que, bajo Tus órdenes, persigan a los demonios, los combatan por todas partes, repriman su audacia y los precipiten en los abismos.
¿Quién como Dios?
!Oh buena y tierna Madre, siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza!
!Oh Divina Madre, envía a los Santos Angeles para defenderme, y aleja de mí al cruel enemigo!
Santos Angeles y Arcángeles defendédnos y guardadnos.
Amén.

MAGNIFICAT, el canto de María (Lucas 1, 46-55)

Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi Espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡Su Nombre es Santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de Su Brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.
Amén.

Oración a la Virgen Niña

Virgen niñaPequeña y dulce María, princesa mía, sin pecado concebida, estrella de mis días y desde niña la más perfecta profecía.
Ilumina esta vida mía, a veces enceguecida, sin ansias ni dicha y totalmente empobrecida.
Hazme, pequeña María, luz en estos días y resplandor en la oscuridad del alma mía.
Hazme niño, pequeñito y dulcísimo para que el Buen Dios escriba lo que ha querido de ésta vida, para Su gloria y como verdad que ilumina.
Amén

Jaculatoria

Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos. (se repite 3 veces)

Oración de entrega

María yo te doy mi corazón, a cambio te pido tu Inmaculado Corazón. (se repite 3 veces)
    
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