lunes, 26 de diciembre de 2016


Mensajes de la Virgen desde Medjugorje, la Reina de la Paz

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Aquí tenemos una recopilación de los Mensajes de la Virgen

Aparición anual a Jakov

Queridos hijos, hoy en este día de gracia, de manera especial los invito a orar por la paz. Hijos, yo he venido aquí como la Reina de la Paz y los he invitado muchas veces a orar por la paz. Pero hijos, sus corazones están inquietos. El pecado les impide abrirse completamente a la gracia y a la paz que Dios desea darles. Para vivir la paz, hijos míos, es necesario que ante todo tengan paz en vuestros corazones y estar entregados por completo a Dios y a Su voluntad. No busquen la paz y la felicidad en las cosas de este mundo, porque todo eso es pasajero. Tiendan hacia la verdadera misericordia y paz que provienen solamente de Dios, y solo de esa manera sus corazones estarán llenos de una alegría verdadera; solo de esa forma ustedes podrán convertirse en testigos de la paz en este mundo inquieto. Yo soy vuestra Madre e intercedo ante mi Hijo por cada uno de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de diciembre de 2016 – ¡Navidad!

“Queridos hijos! Con gran alegría hoy les traigo a mi Hijo Jesús para que Él les dé Su paz. Abran sus corazones, hijitos, y estén alegres para que puedan recibirla. El Cielo está con ustedes y lucha por la paz en sus corazones, en las familias y en el mundo, y ustedes, hijitos, ayuden con sus oraciones para que así sea. Los bendigo con mi Hijo Jesús y los invito a no perder la esperanza y a que vuestra mirada y corazón estén siempre dirigidos hacia el Cielo y la eternidad. De esa manera estarán abiertos a Dios y a Sus planes. Gracias por haber respondido a mi llamado.”

domingo, 25 de diciembre de 2016

jueves, 8 de diciembre de 2016

domingo, 27 de noviembre de 2016


Virgen de la Medalla Milagrosa – Santa Catalina Laboure

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París, Francia

La Virgen María se aparece en 1830 a una joven postulante a noviciado en el convento de la Rue de Bac, iniciando una era de apariciones que permiten catalogar a los tiempos desde allí en adelante como una verdadera era Mariana universal. Se habían producido diversas apariciones en los siglos previos: la primera fue la Virgen del Pilar en España, con María aún viva en la tierra, al apóstol Santiago, y luego muchas otras en distintos lugares y momentos. Pero la cantidad e importancia de lo que ocurrió desde la Medalla Milagrosa en adelante marcaron el inicio de los tiempos de María como Capitana de sus fieles hijos enamorados.
medalla catalinaLa Hermana Catalina de Labouré había luchado muchos años, desde niña, para realizar su sueño de ingresar a un convento y consagrarse a la vida religiosa. La temprana muerte de su madre la llevó a entregar todo su amor de hija a la Madre de Dios. Enfrentó tremenda oposición de su padre, vivió humildemente y con una escasa educación, esperando con paciencia que Dios haga Su Voluntad en su vida. San Vicente de Paul obró entonces un milagro: en un sueño le marcó a Catalina el camino a seguir, sin que ella llegue a reconocer en ese momento quien era el sacerdote que le hablaba así. Después de varios años, reconoció en su llegada al convento de la Rue de Bac al patrono de la orden de las Hijas de la Caridad en un retrato: San Vicente de Paul, muerto algunos siglos antes, era el sacerdote que se había presentado en sus sueños.
Segura a partir de allí de que estaba realizando la Voluntad de Dios, Catalina vivió desde sus primeros meses en el convento la Presencia Mística de Jesús: durante la Eucaristía El se presentaba a Catalina con ornamentos de Rey, pero mostrando los agravios que el mundo le realizaba a pesar de Su Divinidad. Catalina sólo confió a su confesor sus visiones, manteniendo el secreto de las revelaciones que recibía hasta el final de su vida. Pero ella secretamente añoraba la Presencia Mística de su amadísima Madre Celestial. Ante sus insistentes ruegos, en la noche del 18 de julio de 1830 un ángel se presenta a Catalina y la conduce a ver a la Virgen María, quien se le manifiesta esplendorosa en la capilla del convento. Dialogan durante más de dos horas, y allí la Madre de Dios guía amorosamente a Catalina hacia la obra que le encomienda.
Sucesivas revelaciones le indican la necesidad de difundir una Medalla por todo el mundo. Catalina revela el pedido a su confesor, quien sin el conocimiento de Catalina lucha y logra que la Medalla se diseñe y se difunda. La impresionante cantidad de milagros que se generan a partir de allí hacen que la Medalla Milagrosa sea distribuida en millones de copias por muchos países, sin que nadie pueda conocer el nombre de la vidente que recibió tan noble encargo. Catalina, en absoluta humildad, vivió en silencio y trabajo permanente toda su vida, hasta que una muerte apacible la llevó a losbrazos de su Madre Celestial por siempre. El mundo conoció entonces el nombre de la vidente que tuvo la gracia de recibir a la Virgen en la Rue de Bac: Catalina fue canonizada como Santa Catalina de Labouré, mientras su cuerpo milagrosamente incorrupto aún en la actualidad, es expuesto en París ante la admiración de las multitudes que la visitan.
La vida de Santa Catalina de Labouré fue de una simplicidad y humildad extrema, oculta totalmente de la vista de los hombres y de las cosas del mundo. Sin embargo ella vivió en silencio la Presencia permanente de Jesús, María, los ángeles y los santos, que la regocijaban con la promesa de la vida en la Patria Celestial. Catalina se entregó totalmente a la Voluntad de Dios, y ese fue su secreto: la obediencia total, aún sin entender, la humildad total aceptando el sufrimiento como parte del plan de Dios.
Admiremos una de las obras más importantes de Dios en nuestros tiempos: la Medalla Milagrosa es una imagen y un mensaje que nos rodea, por Gracia Divina. María merece todo nuestro amor de hijos, y este amor se alimenta con el conocimiento de la Presencia de Ella entre sus almas elegidas, como la sencilla y humilde Catalina.

¿El momento?

El siglo XIX es un momento de cambio para la humanidad. Después del impacto de la revolución francesa, el individuo y sus derechos empezaron a ponerse por encima de la necesidad de tener como referencia permanente a Dios. El crecimiento del respeto por la persona (un objetivo digno, en si mismo) trajo lamentablemente aparejada una tendencia hacia el materialismo, el individualismo y toda forma de mejora de la calidad de vida de las personas. Esto hizo crecer el deseo de gozar en esta vida, y olvidar o relegar los sueños de alcanzar la verdadera felicidad en el Reino de Dios.
María acompañó siempre la historia de la humanidad con sus apariciones, y cuando el hombre más se alejó de Dios, más se hizo presente Su Madre, como ocurre en nuestros tiempos.

¿El lugar?

Francia es un país elegido por la Virgen, ya que allí se han desarrollado muchas de las apariciones más trascendentes: La Medalla Milagrosa, Lourdes y La Salette. Y esta trilogía ha ocurrido en una sucesión de pocas décadas a partir de lo ocurrido en la Rue de Bac.
Evidentemente Dios considera a esta tierra un lugar especial, ya que a la protección que le concedió a través de Santa Juana de Arco, San Juan Bautista Vianney, Santa María Margarita Alacoque y San Vicente de Paul, añadió la Presencia impactante de Su propia Madre con imágenes y mensajes que hoy en día pueblan las iglesias y la fe de quienes buscan la puerta del Reino.

¿La vidente?

medalla 2El 2 de mayo de 1806 nace Catalina Labouré, de sobrenombre Zoé, en el pueblito de Fain-les-Moutiers, en la Borgoña. Su padre, que era campesino y también alcalde del pueblo, era un hombre rudo, trabajador, taciturno, autoritario, profundamente honrado y cristiano, además de tener una frustrada vocación sacerdotal sobre sus espaldas. Su madre, Luisa Magdalena Gontard, era una mujer profundamente cristiana, llena de fe y piedad. Dios bendijo este matrimonio, del cual nacieron 17 hijos: siete murieron a una temprana edad, sobrevivieron solamente diez: 7 varones y 3 niñas. Catalina era la novena.
De su virtuosa madre recibió una sólida piedad y un gran amor al trabajo bien hecho, que fue su característica toda la su vida. Catalina no pudo acudir al colegio, por lo que no pudo aprender a leer y escribir sino hasta una edad adulta. La madre de Catalina murió cuando ella tenía 9 años, por lo que a partir de ese momento ella decidió adoptar a la Madre de Dios como su madre. Con el tiempo, Catalina debió adoptar el rol de mamá de sus hermanos, ya que su hermana mayor ingresó en un convento para consagrarse como Religiosa. Así se transformó en una silenciosa trabajadora rural, pero con gran esfuerzo acudía caminando varios kilómetros al día a recibir la Eucaristía. Su vida era trabajo, oración, ayuno en entrega al Señor, y todo en el más absoluto silencio, signo de su humildad. Catalina desarrollaba en su interior el deseo de consagrarse al Señor, pero no veía como podría enfrentar a su padre en semejante decisión.
Dios pone pruebas en nuestro camino, como a Catalina. Pero no lo hace porque no nos ame, sino todo lo contrario, lo hace porque nos ama infinitamente. El sabe que nuestra alma es como un metal que debe ser templado a través del fuego de la adversidad. El quiere vernos triunfar, para llegar así a ser almas puras y dignas de estar en Su Presencia.

El sueño de Catalina

Medalla Milagrosa 2Cierto día Catalina tuvo un sueño extraño. Se veía en la Iglesia de Fain-les-Moutiers, en su lugar acostumbrado, mientras un sacerdote desconocido celebraba la misa. El tenía una mirada suave y profunda. Terminada la misa el sacerdote se dio vuelta, y mirándola insistentemente, le hizo una señal para que se acercara. Pero ella, asustada escapó. De regreso de la misa (siempre en su sueño), Catalina se detiene en una pobre casa para visitar a una enferma. Entra y, ¡qué sorpresa!: el sacerdote desconocido se encuentra ahí, junto a la enferma, y dirigiéndose a ella, le dice: “es bueno, hija mía visitar a los enfermos. Hoy, usted se me escapa: pero, un día vendrá hacia mí. Sepa que Dios tiene designios sobre usted. No lo olvide”.Catalina, una vez despierta, se llena de alegría sin poderse explicar el por qué. Y se pregunta el significado de este curioso sueño y el misterioso personaje, sin encontrar explicación alguna.
Dios utilizó a San Vicente de Paul para enviar un mensaje a una de sus elegidos, Catalina. Muchas veces el Cielo se sirve de ángeles y santos para hablarnos, a través de sus imágenes o del conocimiento de sus vidas. Conocer a los siervos de Dios es acercarse a Dios!

La vocación de Catalina

A los 22 años Catalina decide enfrentar a su padre en el pedido de ingresar como postulante al convento de las Hermanas de la Caridad. El padre, contrariado, se negó fuertemente pese a los argumentos y ruegos de Catalina. Ella obedeció, como toda su vida. Pero una tristeza la invade, para frustración de su padre. Con el sueño de que Catalina encuentre marido en París, la envía a trabajar allí al restaurant de un hermano mayor. Catalina llega así a París, donde lejos de buscar novio se inclinó aún más a sus deseos de una vida consagrada a Jesús. Con la ayuda de sus hermanos Catalina ingresa a un instituto de educación donde aprende a leer y escribir, pero viviendo en rechazo a la forma de vida de las demás jóvenes parisinas. Humillada a diario por ser una campesina ignorante, esto no hace más que reafirmar su fe y confianza en la Voluntad Divina.

La gran sorpresa

Un día Catalina descubre que cerca de donde vivía, en París, había una casa de las Hermanas de la Caridad: de inmediato decide ir a llamar a la puerta del convento de la Rue de Bac. Mientras aguarda que la atiendan, observa un cuadro en la recepción que llama su atención: un anciano sacerdote la mira con bondad. Catalina lo reconoce sin vacilar: es el sacerdote que había visto en su sueño, y que le hacía señas. Entonces recuerda lo que le había dicho: “Hoy, usted se me escapa, pero, un día usted vendrá hacía mí. Sepa, hija mía, que Dios tiene designios sobre usted”. Se puede adivinar la emoción de Catalina. Cuando llegó la madre superiora, le preguntó: “Oh, perdón, madre mía…Por favor, ¿Puede decirme quién es ese anciano?. “¡Pero… es nuestro Padre San Vicente de Paul… nuestro fundador!”, le contestó la superiora. La sorpresa dejó a Catalina sin palabras. De repente, lo había comprendido todo: Dios la llamaba a ser Hija de la Caridad.
El papá de Catalina fue convencido, con la insistencia del resto de sus hijos, de permitir el desarrollo de la vocación de Zoé. Así ella ingresó al convento de la Rue de Bac, en París.

Presencia de Jesús en la vida de Catalina

medalla 3Durante los nueve primeros meses de su noviciado en la Rue du Bac, Catalina tuvo también la gracia especial de ver todos los días al Señor en el Santísimo Sacramento.
El domingo de la Santísima Trinidad, 6 de junio de 1830, el Señor se mostró durante el evangelio de la misa como un Rey, con una Cruz en el pecho. De pronto, los ornamentos reales de Jesús cayeron por tierra, lo mismo que la Cruz, como unos despojos desperdiciables. “Inmediatamente – escribió sor Catalina – tuve las ideas más negras y terribles: que el Rey de la tierra estaba perdido y sería despojado de sus vestiduras reales. Sí, se acercaban cosa malas “. Pero Catalina guardaba un anhelo en su corazón: ver a la Virgen María, su amada Madre. Y así oraba pidiendo se le conceda esa gracia.
Mientras tanto ella se limitaba a contarle estas visiones a su confesor, quien fastidiado le indicaba que no debía pretender tener tales gracias siendo tan solo una poco preparada novicia.

La primera aparición de la Madre de Dios

El domingo 18 de Julio 1830 todo era silencio en la sala donde dormía Sor Catalina. Cerca de la medianoche escuchó que por tres veces la llamaban por su nombre. Se despertó y vio un niño vestido de blanco, que parecía tener como cuatro o cinco años, el cual le dijo: “Levántate pronto y ven a la capilla. La Santísima Virgen te espera”.
Sor Catalina vacila, teme ser notada de las otras novicias. Pero el niño responde a su preocupación interior y le dice: “No temas, es casi medianoche y todas duermen muy bien. Ven, yo te aguardo”. Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue. Por donde quiera que pasaban las luces se encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo quedaba iluminado. Al llegar a la puerta de la capilla el niño toca la puerta con su dedito y aquella se abrió al instante. Dice Catalina: “Mi sorpresa fue más completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de medianoche”. El niño la llevó al presbiterio, junto al sillón destinado al Director, donde solía predicar a las Hijas de la Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció de pie todo el tiempo al lado derecho. La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a la Virgen.

El majestuoso ingreso de la Virgen María

la medallaPor fin el niño le dijo: “Ved aquí a la Virgen, vedla aquí”. Sor Catalina oyó como un rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna, junto al cuadro de San José. Vio que una señora de extremada belleza, atravesaba majestuosamente el presbiterio, “fue a sentarse en un sillón sobre las gradas del altar mayor, al lado del Evangelio”. Sor Catalina en el fondo de su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los Cielos, pero el niño le dijo: “Mira a la Virgen”. Le era casi imposible describir lo que experimentaba en aquel instante, lo que pasó dentro de ella, y le parecía que no veía a la Santísima Virgen. Entonces el niño le habló, no como niño, sino como un hombre muy enérgico y con palabras muy fuertes: “¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que más le agrade?. Entonces, mirando a la Virgen, me puse en un instante a su lado, me arrodillé en el presbiterio, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. María era la misma de Nazaret, no con un cuerpo de luz y de gloria, sino viva, humana. Y María era tal como en Nazaret, cuando hablaba familiarmente con Jesús, y ahora lo hacia con Catalina, dulcemente, como se habla a un niño. Allí pasé los momentos más dulces de mi vida, me sería imposible decir lo que sentí. Ella me dijo cómo debía portarme con mi director espiritual, la manera de comportarme en las penas y acudir (mostrándome con la mano izquierda) a arrojarme al pie del altar y desahogar allí mi corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviera necesidad. Entonces le pregunté que significaban las cosas que yo había visto, y ella me lo explicó todo “.
medalla 4Fueron muchas las confidencias que Sor Catalina recibió de los labios de María Santísima, pero jamás podremos conocerlas todas, porque respecto a algunas de ellas le fue impuesto el más absoluto secreto. Pero si sabemos que le confió una misión especial:
“Dios quiere confiarte una misión. Te costara trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios. Tu conocerás cuan bueno es Dios. Tendrás que sufrir hasta que lo digas a tu director. No te faltarán contradicciones, más te asistirá la gracia, no temas. Háblale a tu director con confianza y sencillez, ten confianza, no temas. Verás ciertas cosas, díselas. Recibirás inspiraciones en la oración”.
Luego María le realizó profecías sobre lo iba a acontecer en Francia en las siguientes décadas y también en la comunidad religiosa que ella integraba. Todas estas profecías se cumplieron de forma de dar confianza a su director espiritual, quien fue el encargado de difundir la obra de María encomendada a Catalina. La Virgen, después de estar con ella unas dos horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece.
Es maravilloso escuchar de la boca de Santa Catalina estos relatos: el sonido del roce del vestido de María permite imaginarla como una hermosa mujer, una Reina que se presenta a sus hijos para ponerlos bajo su Manto Celestial, para enamorarlos con su belleza y pureza infinitas.

Segunda aparición de la Virgen María.

La tarde el 27 de noviembre de 1830, estaba Sor Catalina haciendo su meditación en la capilla cuando le pareció oír el roce de un traje de seda, que le hizo recordar la aparición anterior.
Aparece así por segunda vez la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando Catalina quiso describir su rostro solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza. Sus pies posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una Crucecita. La Santísima Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al Cielo y a veces a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla. María tenia tres anillos en cada dedo: el más grueso junto a la mano, uno de tamaño mediano en el medio, y uno más pequeño en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo y llenaban toda la parte baja. Catalina observó que algunos anillos tenían piedras preciosas que lanzaban luces más fuertes, mientras otros apenas emitían luz. Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, ella la miró y dijo a su corazón:
“Este globo que ves (a los pies de la Virgen) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden”.
Con este mensaje claramente María nos invita no solo a orarle, sino a pedirle permanentemente sus gracias. También con estas palabras la Virgen se da a conocer como la mediadora de las gracias que nos vienen de Jesucristo. El globo de oro (la riqueza de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz que salían de sus anillos seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies.

La Medalla Milagrosa

La medalla milagrosaEn este momento se apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación: “María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti”.Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda. Oyó de nuevo la voz en su interior:
“Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza”.
La aparición, entonces, dio media vuelta y quedo formado en el mismo lugar el reverso de la medalla. En él aparecía una M, sobre la cual había una Cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los Corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había doce estrellas. La misma aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. La Virgen dijo a Catalina: “En adelante, ya no verás , hija mía. Pero oirás mi voz en la oración”.
En el anverso de la Medalla, la M de María sostiene la Cruz de Cristo, mientras que el Sagrado Corazón de Jesús está junto al Inmaculado Corazón de María. Se empieza con esta imagen a plantear el quinto dogma de Fe Mariana: María como Corredentora, Abogada y Medianera. María, inseparable de Jesús, nos muestra que Ella sufrió místicamente lo que Su Hijo sufrió física y místicamente también. En Amsterdam a partir de 1945 y en Akita, Japón, desde 1973, María consolidó este pedido a la iglesia: la aprobación del quinto dogma de Fe Mariana: María como Corredentora, Abogada y Medianera. Este pedido aún no fue satisfecho, pero quienes amamos a María esperamos pacientemente que se cierre de este modo el círculo de los cinco dogmas Marianos, tal como Ella lo pide.

La difusión de la Medalla Milagrosa

medalla 1Catalina solo relató estas experiencias a su confesor y director espiritual, el Padre Aladel. El siempre le manifestó un gran escepticismo y guió a Catalina hacia un silencio profundo sobre estos hechos, al igual que la Virgen le había solicitado. Sin embargo, el Padre Aladel observaba que Catalina era la más inculta, la más humilde y la más trabajadora de todas las novicias, por lo que en su corazón crecía la convicción de que la Presencia de María en la Rue de Bac era cierta. También empezó a notar que las profecías que la Virgen le realizó a Catalina empezaron a realizarce a su alrededor. Sin decírselo jamás a Catalina, él convenció entonces al Obispo de realizar el cuño de la Medalla e iniciar su difusión en París. Fue tan masivo el desarrollo de milagros a través de la Medalla que su fama corrió rápidamente a través del mundo, multiplicándose su distribución a fuerza de testimonios. Uno de los milagros más conocidos ocurrió a un conocido banquero y abogado judío, Alfonso Ratisbone. El odiaba a los católicos desde que su hermano se convirtió y ordenó sacerdote. En medio de una de las habituales discusiones que solía tener contra el Catolicismo, le entregaron una Medalla que él aceptó llevar sólo para demostrar que no tenía temor de usarla. Dos días después y de modo totalmente casual, se encuentra esperando a un amigo en la puerta de una iglesia en Roma. No resistiendo la tentación ingresa a ella, y allí recibe la aparición de la Madre de Dios que reafirma a través de él la verdad de Su Medalla.
La fama sobre el bautismo y conversión del banquero Ratisbone dio la vuelta al mundo, junto a la imagen de la Medalla Milagrosa.
María envía un mensaje a través de este milagro: un llamado a la conversión de su propio pueblo, el pueblo judío. Ratisbone convirtió luego a cientos de judíos, fue un enorme trabajador en Tierra Santa, salvando y recuperando muchos de los lugares que Jesús tocó con su testimonio vivo. Nada es realizado por Dios en forma casual, todo tiene un significado profundo en los hechos realizados según la Voluntad de Dios.

Catalina en el más profundo anonimato

catalina y la medalla milagrosaTerminando el Noviciado, Sor Labouré tomó el hábito en las Hijas de la Caridad, el 30 de Enero de 1831. ¡Qué alegría para ella !. Algunos días después, la cambiaron de casa y le dieron un puesto bien humilde, que correspondía a su falta de cultura: ayudará en la cocina del Asilo de ancianos del Barrio San Antonio. Deja, pues, el Seminario de la calle de Bac, donde ha sido tan feliz. Este dormitorio donde su ángel custodio la vino a buscar una noche, y en especial, esta capilla donde recibió gracias excepcionales. No le importa, va confiada en los que son la razón de su vivir: Jesús y María. Catalina se va alegre y serena a donde la obediencia la manda. Llega a esta gran casa, en la que pasará toda su vida. El asilo alberga a 50 ancianitos, es decir, que el trabajo no le faltará. Sor Labouré se entregará de todo corazón, sin permitirse jamás un instante de reposo.

Catalina, mudo testigo de la realizacion de la obra que se le encomendó

Catalina vivió el crecimiento de la difusión de la Medalla, sabiendo que todo el mundo se preguntaba quien sería la Religiosa que tuvo la gracia de ver a la misma Madre de Dios. Se sabía que una novicia en la Rue de Bac había recibido la visita de María y el pedido de la Medalla, pero nadie conocía la identidad de la agraciada. Ella escuchaba atenta los relatos sobre los milagros que acontecían, y en silencio se regocijaba por saber que María realizaba finalmente la obra que a ella había sido encomendada. Que feliz fue cuando recibió la primer Medalla!.
Muchas veces recibió presiones su confesor, el Padre Aladel, para revelar quien era la persona que había estado con la Virgen en la Capilla de la Rue de Bac, pero por nada del mundo él aceptó jamás contradecir órdenes expresas de la Madre de Dios.
El 31 de diciembre de 1876 muere Catalina, en medio de una paz y serenidad que produjeron admiración a sus cohermanas. Ella por fin pudo entrar al Reino de Dios, como su Madre Celestial le había prometido.
De tal manera, el mundo pudo conocer sólo después de la muerte de Sor Catalina, la identidad de la vidente que originó la devoción a la Medalla Milagrosa.

Santa Catalina de Labouré, y su cuerpo incorrupto

Cuando, 56 años después de la muerte de Catalina, el Cardenal Verdier hizo abrir su tumba para hacer lo que se llama “un reconocimiento de las reliquias” de la que iban a beatificar, se encontró su cuerpo tal como se lo había depositado. El doctor que levantó sus párpados, tras 56 años de entierro, sintió una intensa emoción al descubrir sus magníficos ojos azules, que parecían estar aún con vida: ¡esos ojos que habían visto a la Madre de Dios!. El cuerpo de Catalina fue trasladado entonces a la calle de Bac, donde se lo puede ver, hoy en día, en una urna de vidrio. Después de la beatificación que se realizó en 1933, catalina Labouré fue canonizada el 27 de Julio de 1947, por Pío XII, el cual declaró a toda la Iglesia:

“Decretamos y definimos SANTA, a la Beata CATALINA LABOURÉ”.


La Medalla Milagrosa en nuestros tiempos

La imagen de María en la Medalla Milagrosa es una de las más difundidas en nuestros tiempos. Sus manos derraman rayos en forma de gracias sobre todos nosotros, mientras su mirada nos consuela y proteje.
No cabe duda que la Madre de Dios tiene un sentido fundamental en el plan Celestial para estos tiempos: sus pies pisan la serpiente, como símbolo del efecto destructor que el amor por María tiene sobre el pecado. Enamorarse de María lleva necesariamente al deseo profundo de no defraudarla, no decepcionarla. Y para ello, debemos recordar que Ella es la siempre Pura, la Inmaculada. ¿Qué creemos entonces que Ella espera de nosotros?
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sábado, 26 de noviembre de 2016

ensaje del 25 de noviembre de 2016

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a regresar a la oración. En este tiempo de gracia, Dios me ha permitido que los guíe hacia la santidad y hacia una vida simple, para que en las pequeñas cosas descubran a Dios Creador, se enamoren de Él y su vida sea un agradecimiento al Altísimo por todo lo que Él les da. Hijitos, que su vida sea un don en amor para los demás y Dios los bendecirá. Y ustedes testimonien sin interés, por amor hacia Dios. Yo estoy con ustedes e intercedo ante mi Hijo por todos ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.”

miércoles, 23 de noviembre de 2016


San Miguel Arcángel nos bendice

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Desde Fortín de la Carante, Pampatar, Venezuela, nos hacen llegar esta imagen de las nubes que nos traen al pensamiento al Arcángel San Miguel.
Son sus alas abiertas nos abraza, nos protege y nos bendice. Sintamos esta imagen como una Bendición del Dios.
¡Que llegue a todos!

lunes, 21 de noviembre de 2016


Jesús Misericordioso – Sor Faustina Kowalska – Polonia

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Plock, Polonia

Jesús y la Virgen María se aparecen a una Religiosa llamada Elena Kowalska, que al recibir sus votos adoptó el nombre de Sor Faustina. Desde niña recibe testimonios y la Presencia de Jesús, hasta que de adolescente es llamada por el Señor, mientras se encontraba bailando en una fiesta. Cristo se le aparece allí vestido de harapos y con Su Cuerpo flagelado, recordándole que Él la ha estado invitando a dedicarle su vida.
Siendo ya una Hermana en un convento de Plock, recibe un mandato de Jesús: en 1931 Él se presenta con su mano derecha en alto, mientras de su Corazón brotan dos rayos, uno rojo y otro blanco. El Señor le pide que difunda ésta imagen junto con la frase Jesús, en Tí confío.
Jesus Misericordioso 2A pedido de su Director Espiritual, escribe un diario de seiscientas páginas, donde el Señor le revela su enorme Misericordia y una serie de devociones que deben difundirse por el mundo, junto a la imagen del Jesús Misericordioso.
También recibe advertencias sobre el estado de pecado del mundo y la inminencia de su vuelta en Gloria, como el Justo Juez, sucediendo a la era de la Misericordia.
Jesús le entrega en 1938 pistas que anticipan la importancia que tendrá un futuro Papa Polaco, en el desarrollo del mundo. Y es justamente Juan Pablo II quien, tras diecinueve años de prohibición de la devoción a la Divina Misericordia recibida por Sor Faustina, aprueba e impulsa su obra, culminando con su Canonización durante el año 2000.
La imagen del Jesús Misericordioso, la fiesta de la Misericordia, la devoción de la hora tres y la novena de la Divina Misericordia, se han esparcido por el mundo dando una brisa de aire renovado a la Iglesia. Ésta invitación de Jesús a recordar que nuestros pecados serán perdonados siempre que tengamos humildad de corazón y verdadero arrepentimiento, en momentos en que el mundo vive sus horas más oscuras, resulta un más que oportuno llamado de atención al amor del Padre.
Por estos tiempos, en que el demonio se regodea en todas sus conquistas sobre el mundo, la imagen de Jesús invitándonos a dejar atrás nuestros pecados y convertirnos, es un imán que debe atraernos a la Confesión y la Eucaristía. Pero es desde el corazón que debemos tener verdadero arrepentimiento, para someter a nuestra alma a la purificación que haga que, poco a poco, elevemos nuestro camino a la santidad hacia niveles mas cercanos a la verdadera humildad, y a la unión de nuestra voluntad a la voluntad de Dios.

¿El momento y el lugar?

Jesus Misericordioso1931 es un momento de crisis económica mundial profunda. Los años de la diversión desenfrenada, conocidos como los años locos, culminaron en el mayor flagelo económico mundial que el hombre hubiera conocido hasta entonces.
Pero Polonia es un lugar distinto. Una nación que siempre vivió asediada por sus vecinos, invadida y dominada, empobrecida y disminuida. Una nación profundamente católica, que no había sido tan afectada por los cismas que asolaron a los países de la región durante siglos.
Es en Polonia donde Jesús pone una semilla que germinará y cambiará muchos de los fundamentos de la Iglesia, a partir de Juan Pablo II.
Pero es a través de una pobre mujer, con escasa cultura, que Jesús y María deciden en silencio dar impulso a una parte importantísima de la obra Celestial.
Polonia está bendecida por la voluntad de Dios, que ha querido que desde allí, y en un camino paralelo y unido, surjan dos de las almas mas trascendentes para la lucha contra el avance del mal sobre la humanidad.
En lugares desconocidos, en eventos desconocidos, con personas desconocidas, es que se escribe la historia del amor a Dios. La humildad y la sencillez son una vez más la marca que distingue la Mano de Cristo, presente en los corazones más pequeños y en las almas más ocultas a los ojos vanidosos del mundo moderno.

¿La vidente?

Sor FaustinaElena Kowalska (Sor Faustina a partir de su Ordenación como Religiosa) había nacido el 25 de agosto de 1905 en el pueblo de Glogowiec (cerca de la ciudad de Lodz, en Polonia), como la tercera en una prole de diez hermanos, de una familia de campesinos.
En 1912, a la edad de siete años, Sor Faustina oyó por primera vez una voz en su alma que la llamó a un estilo de vida más perfecto, como inicio de una vida que fue profundamente influenciada por visiones y locuciones internas de Jesucristo.
Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, la laboriosidad, la obediencia y una gran sensibilidad ante la pobreza humana, pese a que la educación que tuvo fue corta (menos de dos años escolares).
Desde muy joven sintió el llamado a la vocación religiosa. Una tarde confía a sus padres que desea entrar en un convento, decisión que sus progenitores no comparten.
A la edad de dieciocho años, en 1923, tuvo una experiencia que marcó su vida. Fue invitada a una fiesta junto con su hermana Josefina. Mientras bailaba tuvo una visión de Jesús, quien cubierto de heridas y con sus vestiduras rasgadas, se dirigió a ella con estas palabras: “¿Cuánto tiempo hace que te estoy esperando y tú siempre me pones a un lado?”. Al oír éstas palabras se dirigió a la Iglesia de San Stanislau Kostka a postrarse ante el altar. Estando en oración escuchó estas palabras: “Ve a Varsovia, allí entrarás en el convento”.
Sin embargo, luego de muchos intentos fallidos y mientras trabajaba de empleada doméstica, no es hasta 1924 que Sor Faustina logra realizar el pedido del Señor. El 1ro de julio hace su ingreso en el convento de la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia en Varsovia, la capital de Polonia.
Sor Faustina lleva una vida de profundo silencio y oración, tanto que muchas de sus Cohermanas descubrieron luego de su muerte la enorme cantidad de gracias que ella recibía del Señor. Siempre siguió el ejemplo de humildad de María, de la que fue devota seguidora. Los años de su vida en el convento abundaron en gracias extraordinarias: revelaciones, visiones, estigmas ocultos, la participación en la Pasión del Señor, el don de bilocación (estar presente en dos lugares al mismo tiempo, en forma similar al Padre Pío de Pietralcina), el don de leer en las almas humanas, el don de profecía. En resumen, un contacto vivo con Dios, con la Santísima Madre, con ángeles, santos y almas del purgatorio: todo el mundo extraordinario no era para ella menos real que el mundo que percibía a través de los sentidos.
Colmada de tantas gracias extraordinarias sabía, sin embargo, que no son éstas las que determinan la santidad. En el diario escribió: “Ni gracias, ni revelaciones, ni éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hace perfecta, sino la comunión interior de mi alma con Dios. Estos dones son solamente un adorno del alma, pero no constituyen ni la sustancia ni la perfección. Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios”.
En el noviciado, experimenta su “noche espiritual”. Este hecho místico consiste en un período de prueba a su fe, al que Dios la somete para su purificación. Es como exponer el metal al fuego que lo purifica, para que sólo quede el oro, el metal noble que pudo soportar el fuego sin extinguirse. El período de oscuridad y dudas se prolonga casi hasta la finalización del noviciado. La madre directora, María Josefa Brzoza, la insta a permanecer aferrada a una gran fidelidad a Dios.
A una temprana edad, Sor Faustina le pidió insistentemente a Jesús que la lleve pronto al Cielo, ya que estaba convencida de poder ser mucho más útil desde allí a la obra Divina. El 5 de octubre de 1938, a la edad de 33 años, ingresa en la Patria Celestial. Fue enterrada en la capilla del convento, debajo de la imagen de la Divina Misericordia.
Sor Faustina es hermosa, así nos mira desde el Cielo hoy en día, glorificada y santificada. Ella nos conduce por el camino del eterno regreso a Jesús, después de haber pecado y fallado como humanos, por Gracia de la Misericordia Divina. ¡Sangre y Agua para el perdón de los pecados!

¿Los testigos?

Jesus Misericordioso 1Sor Faustina sólo confiaba a su Director Espiritual sus vivencias, siguiendo la guía del propio Jesús. Incluso sus propias compañeras de convento desconocían su activa vida Mística, sus encuentros con Jesús y María. Sin embargo, fue su vida profundamente entregada a Dios, a la caridad, al sufrimiento por los demás, el que dio sustento a todo el reconocimiento que la obra de Jesús realizó a través de sus manos. Los testigos son todos aquellos que viendo la imagen del Jesús Misericordioso y comprendiendo el mensaje de amor que desde Polonia llegó al mundo, supieron luchar por la aprobación de la devoción y de Sor Faustina misma.
Y fue el más fiel hijo de la Virgen María, el Cardenal Polaco Karol Wojtila, quien se transformó en el más firme testigo y defensor de la hermosa Monja Polaca, cuando llegó a ser Juan Pablo II. Él la rescató de la oscuridad y la puso en el sitial que Jesús siempre deseó para Ella, como una de sus esposas predilectas.

¿De qué manera se manifestó Jesús a Sor Faustina?

Sor Faustina veía a Jesús en forma vívida. A lo largo de su vida, ella tuvo visiones del Señor en momentos que marcaron fuertemente su entendimiento del mensaje divino. Se puede decir que lo visual juega un papel muy importante en el desarrollo de la obra de Dios allí.
La visión de Jesús durante el baile de adolescentes, se relacionaba con el dolor que Cristo sentiría si Sor Faustina no ingresaba al Convento, para consolidarse como su Esposa. La opción, entonces, quedó en manos de la Religiosa, que tuvo que cambiar radicalmente sus planes futuros. Sin embargo, la revelación que más marcó su vida (y la nuestra!), vino después: en 1931 tuvo una visión en la cual Jesús se le presentaba vestido con una túnica blanca y la mano derecha en alto, en un claro gesto de bendición. La mano izquierda, reposando sobre la vestimenta, señalaba el corazón de Jesús, del cual partían dos rayos, uno de color blanco y el otro de color rojo.

La imagen del Señor tenía voz

Jesús Misericordioso“Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma Jesús, en Ti confío. Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos, sobre todo a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como Mi gloria. Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es ésta imagen con la firma Jesús, en Ti confío. Deseo que ésta imagen sea venerada primero en tu capilla y luego en el mundo entero”.
En 1933 Sor Faustina se instala en Vilna, donde encarga al pintor Eugenio Kazimirowski pintar la imagen del Jesús Misericordioso, tal como ella la percibió en aquella visión. La tela estuvo terminada para abril del año siguiente, y es el fiel reflejo de la revelación que el Redentor le había manifestado dos años antes.

¿Cuál es el mensaje que Jesús entrega a Sor Faustina?

La historia de Sor Faustina se ha ido reconstruyendo a partir de sus cuadernos personales, una especie de diario espiritual donde ella fue registrando paso a paso sus experiencias con el Jesús de la Misericordia y los mensajes que de Éste fue recibiendo.
En esas revelaciones, Jesús le pide de manera especial que se recuerde diariamente la hora en que Él murió por nosotros en la Cruz:
“A las tres en punto implora Mi Misericordia, en particular por los pecadores. Y aunque sólo por breves momentos te sumerjas en Mi Pasión, particularmente en Mi abandono en el momento de la agonía, que es la hora de la gran misericordia para todo el mundo, Yo te permitiré entrar dentro de Mi mortal sufrimiento. En esta hora no rehusaré nada al alma que me haga una súplica en virtud de Mi Pasión”.
Respecto de la imagen con las palabras “Jesús, en vos confío”, el Señor le dijo:
“Yo deseo que ésta imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en todo el mundo. Yo prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, especialmente a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé con Mi propia Gloria. Los dos rayos denotan Agua y Sangre. El rayo blanco significa el Agua que hace las almas correctas. El rayo rojo significa la Sangre que es la vida de las almas. Estos dos rayos salieron de las profundidades de Mi tierna Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto por la lanza en la Cruz”
También Jesús instituyó la Fiesta de la Divina Misericordia a través de Sor Faustina:
“Yo quiero que ésta imagen sea solemnemente bendecida el primer domingo después de Pascua. Ese domingo ha de ser la Fiesta de Mi Misericordia. En ese día, las profundidades de Mi Misericordia estarán abiertas para todos. Ese día, la plenitud de Mi tierna Misericordia estará abierta. Verteré un océano de gracias sobre las almas que se acerquen a la Fuente de Mi Misericordia. El alma que se confiese y comulgue obtendrá completo perdón de sus pecados y del castigo merecido. Las almas perecen a pesar de Mi amarga Pasión. Estoy dándoles la última esperanza de Salvación, esto es, la Fiesta de Mi Misericordia.”
Debemos esparcir esta devoción y hacerla conocida a los sacerdotes, para que ellos se motiven a celebrar la Fiesta de la Divina Misericordia en honor de nuestro Señor.
Y finalmente, la Coronilla de la Divina Misericordia completa las devociones entregadas por Jesús en Polonia:
“Oh, cuantas son las gracias que Yo le concederé a las almas que dicen esta coronilla. Las mismas profundidades de Mi Tierna Misericordia se estremecen por causa de aquellos que dicen la coronilla. Escribe estas palabras, Hija mía. Háblale al mundo acerca de Mi Misericordia. Deja que toda la humanidad reconozca Mi Misericordia infinita. Ésta es un signo para los últimos tiempos. Después vendrá el día de la Justicia. Mientras todavía hay tiempo, déjales tener acceso a la fuente de Mi Misericordia, déjales aprovechar de la Sangre y Agua que brotó para ellos. Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado. Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre Mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador. Los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como su último refugio de salvación. Aún si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia. A través de la Coronilla obtendrán todo, si lo pedido es compatible con Mi Voluntad. Entre más grande sea el pecador, más grande es su derecho a Mi Misericordia. Yo demando de ustedes obras de Misericordia, las cuales deben de levantarse por su amor hacia Mí. Ustedes tienen que mostrarle misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No pueden evadir esto o tratar de excusarse de ello”.

Respecto de la confesión, le ha dicho Jesús a Sor Faustina

Misericordia de Dios“Cuando tú vayas a la confesión, a esta fuente de Misericordia, la Sangre y Agua que fluyó de Mi Corazón siempre fluye sobre tu alma. En el Tribunal de la Misericordia (El Sacramento de la Reconciliación), los milagros más grandes toman lugar y se repiten incesantemente. Aquí la miseria del alma se encuentra con el Dios de Misericordia. Vengan con fe a los pies de Mi representante. Yo mismo estoy esperándoles allí. Yo tan sólo estoy escondido en el sacerdote. Yo mismo actúo en tu alma, haz tu confesión ante Mí. La persona del Sacerdote es, para Mí, solamente una pantalla. Nunca analices qué clase de sacerdote es el que Yo estoy usando. Ábrele tu alma en la confesión como si lo hicieras conmigo, y Yo te llenaré con Mi Luz. Así estuviera allí un alma, o un cadáver descompuesto, de tal manera que desde el punto de vista humano no hubiera esperanza de restauración y que todo ya estuviera perdido, no es así con Dios. El milagro de la Divina Misericordia restaura esa alma en plenitud. Desde esta fuente de Misericordia las almas atraen gracias solamente con la vasija de la confianza. Si su confianza es grande, no hay limite a Mi generosidad”.

¿Cuál fue la relación de Sor Faustina con la Virgen María?

Para Sor Faustina, María era una fuente perpetua de la misericordia de Dios, como madre, tutora, instructora e intercesora. De María recibió el regalo especial de la pureza, la fortaleza en momentos de sufrimiento e innumerables lecciones en la vida espiritual. “María es mi instructora”, escribe Faustina, “que me enseña siempre cómo vivir para Dios. Cuanto más imito a la Santísima Virgen, tanto más profundamente conozco a Dios. Antes de cada Santa Comunión, ruego fervorosamente a la Madre de Dios que me ayude a preparar mi alma para la llegada de Su Hijo”.
Y le dijo María: “Yo soy no sólo la Reina del Cielo sino también la Madre de la Misericordia y tu Madre. Soy Madre de todos gracias a la insondable misericordia de Dios”.

¿Recibió revelaciones sobre el futuro de la humanidad?

Entre otros mensajes referidos a la inminencia de la venida del tiempo de la justicia, Jesús dijo:
“Antes de venir como juez, vendré primero como Rey de Misericordia. Precediendo el día de la justicia, habrá una señal en el cielo dada a los hombres. Toda luz será apagada en el firmamento y en la Tierra. Entonces aparecerá, venida del Cielo, la señal de la Cruz. De cada una de Mis llagas de las manos y de los pies saldrán luces que iluminarán la Tierra por un momento. Habla al mundo de Mi Misericordia, es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Prepararás al mundo para Mi última venida. Habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia”.
Repetidas veces el Señor le dice a Sor Faustina que Él está ofreciendo a los pecadores “la última tabla” o esperanza “de salvación”. Jesús quiere que regresemos a Él, pero tenemos que responder ahora, mientras sea aún la hora de la misericordia:
“Antes del día de la justicia envío el día de la misericordia. Estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita. Todavía queda tiempo. Que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi Misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia”.
Nuestra Señora también le habla a la Santa Sor Faustina sobre la urgencia del mensaje de misericordia:
“Tú debes hablar al mundo de Su gran misericordia y preparar al mundo para Su segunda venida. Él vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. ¡Oh, qué terrible es ese día!. Establecido está ya el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea aún el tiempo para concederla”.
Y en relación a Juan Pablo II, Jesús dijo allí:
“Quiero a Polonia de una manera especial. Si es fiel y dócil a Mi voluntad, la elevaré en poder y santidad, y de ella saltará la chispa que preparará el mundo para Mi última venida”.
Pareciera que aquí Jesús se refiere a Karol Wojtyla, lo que coincidiría con las profecías de la Virgen en las apariciones de Garabandal, donde se escuchó que Juan Pablo II era el último Papa, previo al retorno de Cristo en Gloria. Sin embargo, la interpretación de las revelaciones de Dios son mucho más complejas que esa simple lectura: el Señor nos deja los rastros para que estemos preparados, pero el día y la hora dependen en realidad de nuestro comportamiente. El Señor, pleno de Misericordia, es capaz de cambiar Sus planes las veces que haga falta, con la finalidad de incrementar el número de almas que acceden al Reino. Si oramos y honramos Su Amor, Su Corazón se derrite por nosotros. En cambio, si lo abandonamos damos curso a Su Justicia. En nuestras manos está la respuesta.

¿Cuál fue la reacción de la Iglesia a las revelaciones recibidas por Sor Faustina?

Sor Faustina y la IglesiaLa fama de la santidad de su vida iba creciendo junto con la propagación de la devoción a la Divina Misericordia, y en la medida de las gracias alcanzadas por su intercesión. Millones de copias de los devociones y del Jesús Misericordioso se expandieron por el mundo en las décadas posteriores a su muerte. Ya en el año 1953, unos 25 millones de ejemplares de literatura sobre la Divina Misericordia habían sido distribuidos por todo el mundo.
Durante los años 1958 y 1959, la profecía de Sor Faustina sobre la aparente destrucción del trabajo de divulgación de la Divina Misericordia (Diario de Sor Faustina, 378) empezó a cumplirse: debido a errores incluidos en malas traducciones, y a la imposibilidad de verificar las fuentes directas en un país que estaba detrás de la cortina de hierro, la Iglesia prohibió las devociones por un periodo de diecinueve años.
En 1978, se revocó por completo la prohibición, gracias a la intervención del entonces Arzobispo de Cracovia, el Cardenal Karol Wojtyla. La Hermana Sor Faustina fue beatificada el 18 de abril de 1993 y canonizada el 30 de abril del año 2000, el primer domingo después del Domingo de Resurrección, el cual se conoce como el Domingo de la Divina Misericordia.
El Santo Padre Juan Pablo II dirigió la ceremonia de canonización de Sor Faustina, ahora Santa Faustina, ante una multitud de aproximadamente 200.000 peregrinos. Ella tiene el honor de ser la primera santa canonizada en este milenio

¿Cómo debemos actuar frente a la obra de Santa Faustina de Kowalska?

Jesus Misericordioso 3Es tan claro el mensaje de Jesús, que da tristeza no ver sus resultados de manera más concluyente, sobre la realidad del mundo que vivimos. La Misericordia es Dios esperando y amando. Esperando que nos arrepintamos, de corazón, de nuestros pecados. Esto es el agua de la Confesión, el Sacramento de la Reconciliación. Y una vez que nos arrepentimos, Él nos perdona, no importa cuán graves sean nuestras faltas. Pero debemos arrepentirnos! Y recibirlo en la Eucaristía, que es la consolidación de nuestra entrega a Dios, reconociendo Su Paternidad sobre nosotros.
El demonio difunde por estas épocas la idea de que Dios es tan bueno, que perdona a todos por igual, no importa lo que hagamos. De tal modo se niega al mal, y a satán mismo. Dios espera y ama. Espera nuestro arrepentimiento, y entonces perdona. Por supuesto que el límite de la Misericordia, es la Justicia. Y es en este punto en que Jesús volverá a nosotros como el Justo Juez, que dará a cada uno lo que cada alma haya ganado. Mientras tenemos tiempo, mientras estamos en los tiempos de la Misericordia, no podemos demorarnos. Arrepintámonos, encontremos a Jesús en la Eucaristía y llenemos nuestra alma del gozo de haber vuelto a la casa del Padre, como el hijo pródigo lo hizo.
Jesus Misericordioso 4